miércoles, 10 de agosto de 2011

Sin cebollas no hay paraíso



Mi hermana Chila dice que la cebolla no puede faltar en ninguna preparación alimenticia y que es la base de todas. Sin cebollas no hay paraíso. Creo yo. Para el sofrito es imprescindible. Le otorga sabor y carácter a las preparaciones. Pienso en las empanadas de pino, el ajíaco, el valdiviano, la sopa de cebolla, el conejo escabechado, el bistec a lo pobre, el ceviche, quiche de cebolla, en fin, tantas delicias.


Indagando por Internet descubro que la cebolla es originaria de Asía Central, como el ajo y la chalota. En la Edad Media se la utilizaba tanto culinariamente como en farmacia.
Se cultiva en todos los países europeos del mediterráneo, así como en los países árabes. Aunque el principal productor es México.

Propiedades y beneficios:
• Es tónica
• Diurética, depurativa
• Digestiva
• Reconstituyente
• Aperitiva
• Para el cutis: masaje facial con jugo de cebolla.
• Para la tos y los resfriados, es bueno tomarse: jugo de 1 cebolla con 1 limón y dos cucharadas de miel, se debe tomar caliente.



Aquí les dejo:

Oda a la cebolla
de Pablo Neruda

Cebolla
luminosa redoma,
pétalo a pétalo
se formó tu hermosura,
escamas de cristal te acrecentaron
y en el secreto de la tierra oscura
se redondeó tu vientre de rocío.
Bajo la tierra
fue el milagro
y cuando apareció
tu torpe tallo verde,
y nacieron
tus hojas como espadas en el huerto,
la tierra acumuló su poderío
mostrando tu desnuda transparencia,
y como en Afrodita el mar remoto
duplicó la magnolia
levantando sus senos,
la tierra
así te hizo,
cebolla,
clara como un planeta,
y destinada
a relucir,
constelación constante,
redonda rosa de agua,
sobre
la mesa
de las pobres gentes.
Generosa
deshaces
tu globo de frescura
en la consumación
ferviente de la olla,
y el jirón de cristal
al calor encendido del aceite
se transforma en rizada pluma de oro.
También recordaré cómo fecunda
tu influencia el amor de la ensalada
y parece que el cielo contribuye
dándote fina forma de granizo
a celebrar tu claridad picada
sobre los hemisferios de un tomate.
Pero al alcance
de las manos del pueblo,
regada con aceite,
espolvoreada
con un poco de sal,
matas el hambre
del jornalero en el duro camino.
Estrella de los pobres,
hada madrina
envuelta en delicado
papel, sales del suelo,
eterna, intacta, pura
como semilla de astro,
y al cortarte
el cuchillo en la cocina
sube la única lágrima
sin pena.
Nos hiciste llorar sin afligirnos.
Yo cuanto existe celebré, cebolla,
pero para mí eres
más hermosa que un ave
de plumas cegadoras,
eres para mis ojos
globo celeste, copa de platino,
baile inmóvil
de anémona nevada
y vive la fragancia de la tierra
en tu naturaleza cristalina.